Todas las condiciones estaban reunidas para buenos estudios
Originario de Guinea, mi carrera desde mi llegada a Francia presenta una serie de experiencias que tengo el placer de compartir con los estudiantes extranjeros que desean continuar sus estudios en Francia.
Una vez titulado en Maestría, quería en el extranjero para continuar mis estudios de derecho, porque las universidades guineanas no ofrecían la formación de posgrado.
Como en el caso de muchos jóvenes africanos, Francia era el país de destino más adecuado a mis estudios. Hay varias razones para esto. Este deseo provocaba diversas esperanzas y curiosidades.
A pesar del progreso normal de mi proyecto de estudios, los primeros pasos en el territorio francés no han sido fácil. Descubrí el frío, en un entorno social muy diferente.
Después de los procedimientos administrativos con diversas autoridades administrativas, empecé las clases en septiembre en el frío. Solía salir temprano en la mañana y volver tarde. No veía el sol de todo el día. Estuve un poco perdido.
Pero todas las condiciones estaban reunidas para buenos estudios Las clases venían equipadas con bibliotecas modernas. Solía pasar días enteros allá. No era posible pensar en un trabajo asalariado.
Con suerte, tenía una cobertura financiera que me permitía vivir sin preocuparme del resto.
Al final de mi primer año, busqué un trabajo de verano. Gracias a esto, estaba mejor del punto de vista financiero mientras esperaba mi subsidio para el segundo año. La ley es muy estricta en cuanto al derecho laboral. Los estudiantes sólo pueden a trabajar de manera complementaria.
Me di cuenta que esto era también el caso para varios estudiantes extranjeros: sin recursos, tienen que trabajar durante sus estudios sin otra posibilidad para pagar el alojamiento, comprarse ropas y comida, usar los transportes, etcétera. Esta situación puede resultar difícil para su año.
En el cuotidiano, Francia es un país donde la cultura es presente por todas partes, donde es posible conocer a personas de orígenes muy diversas, pero también descubrir una gastronomía nueva y de calidad. Entonces, tuve que adaptarme con este nuevo entorno para vivir en harmonía con la sociedad francesa.
A veces, echaba de menos a mi familia y la comida africana, pero con suerte encontré una familia y amigos aquí en Francia.
